1. Si envÃas refuerzos a todas partes, serás débil en todas partes.
2. La mejor victoria es vencer sin combatir.
3. Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.
4. Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
5. Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temas el resultado de cien batallas; si te conoces a ti mismo, pero no conoces al enemigo, por cada batalla ganada perderás otra; si no conoces al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla.
6. Llévalos a un punto del que no puedan salir, y morirán antes de poder escapar.
7. La ira puede convertirse en alegrÃa, y la cólera puede convertirse en placer. Pero una nación jamás puede ser reconstruida, y una vida no puede volver a nacer.
8. Las armas son instrumentos fatales que solamente deben ser utilizadas cuando no hay otra alternativa.
9. El general abarca las virtudes de sabidurÃa, sinceridad, humanidad, coraje y el ser estricto.
10. Cuando se está cerca, se debe parecer lejos, cuando se está lejos, se debe parecer cerca. Se muestran carnadas para incitar al enemigo. Se finge desorden y se lo aplasta.
11. Se debe ponderar y deliberar antes de hacer un movimiento. Conquistará quien haya aprendido el arte de la desviación.
12. Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.
13. Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción recÃproca entre el lÃder y el grupo.
14. Si quieres fingir cobardÃa para conocer la estrategia de los adversarios, primero tienes que ser extremadamente valiente, porque sólo entonces puedes actuar como tÃmido de manera artificial.
15. Evitar la confrontación contra formaciones de combate bien ordenadas y no atacar grandes batallones constituye el dominio de la adaptación.
16. Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti.
17. Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido.
18. Hay que comparar cuidadosamente el ejército opositor con el propio para saber dónde la fuerza es superabundante y dónde deficiente.
19. Si no puedes ser fuerte, y sin embargo no puedes ser débil, eso resultará en tu derrota.
20. Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla.
21. En lÃneas generales, dirigir a muchas personas es como dirigir a unas pocas. Todo se basa en la organización.
22. La peor táctica es atacar a una ciudad. Asediar, acorralar a una ciudad sólo se lleva a cabo como último recurso.
23. No hay ningún paÃs que se haya beneficiado por guerras prolongadas.
24. Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida.
25. Luchar con otros cara a cara para conseguir ventajas es lo más arduo del mundo.
26. Maniobrar con un ejército es ventajoso. Maniobrar con una multitud indisciplinada, es peligroso.
27. Que la velocidad sea la del viento, y el ser compacto como lo es un bosque.
28. Los generales que conocen las variables posibles para aprovecharse del terreno sabe cómo manejar las fuerzas armadas. Si los generales no saben cómo adaptarse de manera ventajosa, aunque conozcan la condición del terreno, no pueden aprovecharse de él.
29. Un general sabio se ocupa de abastecerse del enemigo.
30. No presiones a un enemigo desesperado. Un animal agotado seguirá luchando, pues esa es la ley de la naturaleza.
31. Toda guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando seamos capaces de atacar, debemos parecer incapaces; Cuando usamos nuestras fuerzas, debemos parecer inactivos; Cuando estamos cerca, debemos hacer creer al enemigo que estamos lejos; Cuando estamos lejos, debemos hacerle creer que estamos cerca.
32. Para que perciban las ventajas de derrotar al enemigo, deben también obtener sus recompensas.
33. Uno puede conocer la condición de todo un ejército por el comportamiento de un simple hombre.
34. Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo.
35. Colócalos en una situación de posible exterminio, y entonces lucharán para vivir. Ponles en peligro de muerte, y entonces sobrevivirán. Cuando las tropas afrontan peligros, son capaces de luchar para obtener la victoria.
36. Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca.
37. Hay que dejarle una salida a un ejército rodeado.
38. La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad es una cuestión de ataque.
39. Hay que prohibir los augurios, y eliminar las supersticiones. Hasta que la misma muerte llegue, no hay calamidad que deba ser temida.
40. Incluso la mejor espada si se deja sumergida en agua salada finalmente se oxidará.
41. Sólo cuando conoces cada detalle de la condición del terreno puedes maniobrar y luchar.
42. Cuando el enemigo esté relajado hazlo esforzarse. Cuando esté saciado, hazlo sentir hambre. Cuando esté asentado hazlo moverse.
43. El éxito en la guerra se alcanza cuidando de adaptarse permanentemente al propósito del enemigo.
44. Lo que los antiguos llaman un luchador astuto es aquel que no sólo gana, sino que resalta por ganar con sencillez.
45. Practica las artes marciales, calcula la fuerza de tus adversarios, haz que pierdan su ánimo y dirección, de manera que aunque el ejército enemigo esté intacto sea inservible: esto es ganar sin violencia.
46. Rápido como el viento, silencioso como el bosque, raudo y devastador como el fuego, inmóvil como una montaña.
47. En asuntos militares, no es necesariamente más beneficioso ser superior en fuerzas, sólo evitar actuar con violencia innecesaria; es suficiente con consolidar tu poder, hacer estimaciones sobre el enemigo y conseguir reunir tropas; eso es todo.
48. La oportunidad de asegurarnos contra la derrota está en nuestras propias manos, pero la oportunidad de derrotar al enemigo la provee el mismo.
49. La prudencia y la firmeza de un pequeño número de personas pueden llegar a cansar y a dominar incluso a numerosos ejércitos.
50. Mira por tus soldados como miras por un recién nacido; asà estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos; cuida de tus soldados como cuidas de tus queridos hijos y morirán gustosamente contigo.
51. La rapidez es la esencia de la guerra.
52. Si tu enemigo se toma las cosas con tranquilidad, no le des tregua. Si sus fuerzas están unidas, sepáralas. Atácalo allà donde no esté preparado, aparece allà donde no te espere.
53. El dÃa en que se declara la guerra, se cierran las fronteras, se rompen los salvoconductos y se impide el paso de emisarios.
54. Los terrenos bajos son húmedos, lo cual provoca enfermedades y dificulta el combate.
55. Las ruedas de la justicia giran lentamente pero giran bien.
56. La guerra es un grave asunto del estado; es un lugar de vida y muerte, una vÃa hacia la supervivencia y extinción, una cuestión que hay que reflexionar detenidamente.
57. Todos los hombres pueden ver las tácticas, pero lo que nadie puede ver es la estrategia que hace que de estas observaciones evolucione la victoria.
58. Ganará quien sabe cuándo luchar y cuando no luchar.
59. Para conocer a tu Enemigo debes convertirte en tu Enemigo.
60. Aquel que puede modificar sus tácticas en función de su oponente y asà conseguir la victoria podrá ser llamado capitán nacido del cuerno del cielo.
61. De ahà el dicho: conoce al enemigo y conócete a ti mismo, y sobre tu victoria no caerán dudas; conoce el Cielo y la Tierra, y tu victoria estará asegurada del todo.
62. Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar.
63. Las notas musicales son sólo cinco, pero sus melodÃas son tan numerosas que no podemos oÃrlas todas.
64. Los colores primarios son sólo cinco, pero sus combinaciones son tan infinitas que no podemos verlas todas.
65. Los gustos son sólo cinco, pero sus mezclas son tan variadas que no podemos saborearlas todas.
66. Grandes resultados pueden ser conseguidos con pequeños esfuerzos.
67. Asà es como en la guerra, el estratega victorioso solo busca la batalla después de que la victoria ya se ha ganado, mientras que aquel destinado a la derrota, primero pelea y después busca la victoria.
68. El que llega primero al campo de batalla espera fresco la llegada del enemigo para combatir. Quien llega tarde al campo de batalla tiene que apresurarse y llega exhausto al combate.
69. Si tu oponente posee un temperamento colérico, procura irritarlo. Finge ser débil, para que se vuelva arrogante.
70. No te sitúes rÃo abajo. No camines en contra de las corriente, ni en contra del viento.
71. La excelencia suprema consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar.
72. Ser violento al principio y terminar después temiendo a los propios soldados es el colmo de la ineptitud.
73. Se extremadamente misterioso, incluso hasta el punto de la ausencia de sonido. De esta manera podrás ser el director del destino de tu oponente.
74. Recordar siempre el peligro cuando estás a salvo y el caos en tiempos de orden, permanece atento al peligro y al caos mientras no tengan todavÃa forma y evÃtalos antes de que se presenten; ésta es la mejor estrategia de todas.
75. Un lÃder lidera con el ejemplo, no por la fuerza.
76. El valiente puede luchar, el cuidadoso puede hacer de centinela, y el inteligente puede estudiar, analizar y comunicar. Cada cuál es útil.
77. El gobernante iluminado es atento y el buen general está lleno de cautela.
78. Un gobierno no debe movilizar un ejército por ira y los jefes militares no deben provocar la guerra por cólera.
79. Deja que tus planes sean oscuros e impenetrables como la noche y cuando te muevas, cae como un rayo.
80. Si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divÃdelo.
81. La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.
82. Si el enemigo está seguro en todos los puntos, prepárate para su ataque. Si tiene una fuerza superior, evÃtalo.
83. Las oportunidades se multiplican a medida que se toman.
84. El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las trampas se mueven, aparentar inactividad.
85. Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan.
86. Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cientos de batallas. Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria que ganes también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla.
87. Triunfa el que elabora una táctica para conseguirlo, aprovecha su oportunidad, acepta sus debilidades y reconoce sus fortalezas.
88. Si la lucha asegura la victoria, entonces debes luchar, incluso si el gobernador lo prohÃbe; si la lucha no asegura la victoria, entonces no debes luchar incluso por orden del gobernante.
89. Muéstrales una manera de salvar la vida para que no estén dispuestos a luchar hasta la muerte, y asà podrás aprovecharte para atacarles.
90. AsÃ, sólo un gobernante brillante o un general sabio que pueda utilizar a los más inteligentes para el espionaje, puede estar seguro de la victoria.
91. Aquél que es prudente y espera a un enemigo que no lo es, será victorioso.
92. Estrategia sin táctica es el más lento camino hacia la victoria. Las tácticas sin estrategia son el ruido antes de la derrota.
93. Los que no son totalmente conscientes de las desventajas de servirse de las armas no pueden ser totalmente conscientes de las ventajas de utilizarlas.
94. Existen cinco rasgos que son peligrosos en los generales. Los que están dispuestos a morir pueden perder la vida; los que quieren preservar la vida pueden ser hechos prisioneros; los que son dados a los apasionamientos irracionales pueden ser ridiculizados; los que son muy puritanos pueden ser deshonrados; los que son compasivos pueden ser turbados.
95. ¿Puedes imaginar lo que harÃa si pudiera hacer todo lo que puedo?
96. Dale al enemigo lo que ellos esperan recibir; asà serán capaces de discernir y confirmar sus suposiciones. Con esto lograrás que el propio enemigo actúe con patrones de respuesta predecibles que mantendrán a sus estrategas y a sus ejércitos ocupados. Mientras tanto, tú deberás esperar el momento para actuar de un modo que no se pueda anticipar.
97. Cien vitorias en cien batallas no es la mayor habilidad. Someter al ejército de los otros sin batalla es la mayor habilidad.
98. La victoria generalmente va al ejército que tiene oficiales y hombres mejor entrenados.
99. Donde hay grandes recompensas hay hombres valientes.
100. Tienes que creer en ti mismo.
101. La psicologÃa de los soldados consiste en resistir cuando se ven rodeados, luchar cuando no se puede evitar y obedecer en casos extremos.
102. Los habitantes constituyen la base de un paÃs, los alimentos son la felicidad del pueblo. El prÃncipe debe respetar este hecho y ser sobrio y austero en sus gastos públicos.
103. Los soldados prisioneros deben ser bien tratados, para conseguir que en el futuro luchen para ti.
104. Si haces que los adversarios no sepan el lugar y la fecha de la batalla, siempre puedes vencer.
105. Si no se trata bien a los espÃas, pueden convertirse en renegados y trabajar para el enemigo.
106. Hay que reflexionar y deliberar antes de tomar cualquier decisión.
107. La calidad de la decisión es como la redada a buen tiempo de un halcón, lo que le permite atacar y destruir a su vÃctima.
108. En una invasión, por regla general, cuanto más se adentran los invasores en el territorio ajeno, más fuertes se hacen, hasta el punto de que el gobierno nativo no puede ya expulsarlos.
109. Un ejército prefiere un terreno elevado y evita un terreno bajo, aprecia la luz y detesta la oscuridad.
110. No persigas a los enemigos cuando finjan una retirada, ni ataques tropas expertas.
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